Esta falta de satisfacción sexual se puede ver reflejada de diversas maneras. Normalmente, los síntomas más evidentes de que tu vida sexual se está viendo afectada suelen ser por:
- Algún complejo físico que se ve reflejado en una inseguridad personal.
- Problemas para mantener una erección.
- La eyaculación precoz o retardada.
- Sentir dolor durante la relación sexual (puede sentirlo tanto el hombre como la mujer).
- La falta de deseo sexual o la falta de excitación.
- Anorgasmia. No conseguir que, tú mismo o la otra persona alcance el orgasmo durante el coito también suele ser uno de los causantes de la baja autoestima y autoconfianza.
- La aversión al sexo. (rechazo sexual).
Estos son algunos de los más comunes, pero hay más dependiendo de cada circunstancia personal. Normalmente, todos estos problemas, en gran parte, están siendo causados por inseguridades personales y concepciones equivocadas de lo que es el sexo y los roles dentro de una pareja y puede causar vergüenza, miedo, culpa y hasta sensación de fracaso. Esta circunstancia no hace otra cosa que alimentar el trastorno y la persona puede entrar en un círculo vicioso que no le permite ser feliz.
Nadie debe sentirse avergonzado por estar experimentando algún problema de los que acabamos de mencionar. El primer paso es comprender que nadie es perfecto y es normal que a todos nos pase alguna vez. El segundo paso es saber tomar medidas para solucionarlo y ponerse manos a la obra.
Quedarse viendo como tu vida sexual se deteriora no es una opción muy recomendable. Ya que has llegado hasta aquí, da un paso más. Pon tu vida sexual en el punto que tu desees a través de un entrenamiento sexual de mejora personal.